Bárbaro es ser distinto, pero... ¿a qué?. ¿A lo "normal"? ¿A lo establecido como única verdad? ¿Es ser civilizado negar algo que es distinto a uno? ¿No hay acaso una pluralidad de razas que conviven en el mundo?.
La Idea de "Civilización" se nos presenta entonces como la negación de la pluralidad de culturas, mediante la conversión de esta pluralidad en una única «cultura universal» (inexistente).
Tras consultar a diez personas de distintos ámbitos llegué a la primer conclusión: en mi opinión la sociedad comparte un concepto erróneo del significado de la palabra "barbarie".
Según el diccionario de la filosofía "(...)la civilización sólo puede entenderse a partir de la barbarie. (...) La «sustancia» de la barbarie y de la civilización es la misma: la «cultura humana». El tránsito de la barbarie a la civilización es un proceso necesario y determinista. (...)La «civilización» es la negación lógica de la barbarie: ésta, a la vez que queda negada, resulta incorporada a la civilización."
Sin embargo el hombre de conciencia dormida, lleno de ideas falsas sobre sí mismo, no percibe esta contradicción, se niega a aceptar que la causa-raíz de la barbarie está dentro de él, supone equivocadamente que somos "el más elevado producto de la evolución mecánica" y que por tal motivo "esas contradicciones son pasajeras y circunstanciales, propias de una etapa de transición".
No obstante, allí están la Primera y la Segunda Guerra Mundial destruyendo las grises teorías de los intelectuales, allí están los hechos hablando por sí mismos, señalando con su dedo acusador la barbarie y la degradación psicológica de los hombres y mujeres que poblamos la Tierra. Allí están las tantas guerras locales y las guerrillas, bañando de sangre a ciertos países; allí están por todas partes los desaparecidos de las muchas dictaduras militares, ya de derecha o de izquierda, amén de los paredones de fusilamiento, las cárceles y los destierros.
La sub-cultura de la barbarie crece simultáneamente con la cultura de la civilización, pero es importante saber que las dos no pueden desarrollarse en líneas paralelas. Llega el momento inevitable en que la barbarie entorpece el desarrollo de la civilización y gradualmente -o posiblemente con rapidez- la destruye completamente, tal como ya ha sucedido en la caída de otras grandes civilizaciones antiguas, cuya decadencia se debió menos a ataques externos que a la degeneración interna o psicológica.
En nuestras culturas modernas es muy fácil detectar, al lado de algunos aspectos civilizados, el crecimiento siempre progresivo de actitudes bárbaras, florecen a la sombra de todos los medios y facilidades que proporcionan la tecnología y la ciencia contemporáneas. Por una parte se ven descubrimientos tales como la penicilina, que es un beneficio para la humanidad, y por otra se ven los inventos de agentes destructivos, tales como los gases asfixiantes y las bombas atómicas. Por cada cosa de naturaleza benéfica que se ha inventado o descubierto, se ha inventado también una cosa opuesta de naturaleza nociva.
En conclusión, la sociedad se cree civilizada, dejando de lado la parte bárbara del mundo que afecta el desarrollo "normal" de la cultura. Todo esto lo podemos resumir en esta frase, por un lado una solución racional, pero que es bárbara: "los bosques se vuelven más y más pequeños, la madera escasea... ¿Qué debemos hacer? ¡Cuando los bosques desaparezcan, quemaremos libros hasta que vuelvan a crecer!"
s x f . -
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