viernes, junio 04, 2004

metáforicamente explicito

No iba a salir jamás.
La conciencia había aterrizado en su cerebro, instalada allí para siempre.
Tomaba carrera y saltaba, intentaba escalar las paredes de tierra que se agrietaban bajo sus pies.
Más no podía hacer.
Pensaba en los decepciones de su vida: su pronta separación, la pérdida de su trabajo, la despedida de sus pequeños hijos. No en su futuro.
Luego de varios intentos fallidos comenzó a gritar a los cuatro vientos. Pero ninguno de los cuatro oyó su suplica, a esta altura, desesperada.
Pasaba el tiempo y las paredes se hacían cada vez más altas. Haciendo imposible su salida.
Antes de morir, solo, recordó su última tarde al sol. Caminaba placidamente por el parque cuando su celular sonó. Era su hermana. Tropezó con la noticia de la muerte de sus padres y cayó en un pozo depresivo.
Del que nunca pudo salir.
Y murió.
Solo.



s x f . -

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